Las quemaduras por agua del guanaco ocurren “cuando hay enfermedades preexistentes”, declaraba el general Rozas. Estudios de laboratorio confirmaban en ella la presencia de soda cáustica y gas pimienta.
En Madrid, en la COP25, presidida por Chile, la ministra de Medio Ambiente era cuestionada por su mal manejo, la debilidad de los acuerdos y un “NO” rotundo se escuchaba en el salón plenario.
La vergüenza es nacional e internacional.
Mientras, Piñera, entrevistado por la ARCHI, continúa hablando de ola de violencia criminal, uso de tecnología de punta y coordinación extranjera. Niega el abuso sistemático a los DDHH y resta importancia a los lapidarios informes de Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Corte Interamericana de DDHH y la ONU. “El protocolo está bien, pero no siempre se cumplió”, señala con total soltura. Se “eriza” cuando le hablan de cambiar el modelo económico y habla de “accidente” para describir el despertar del país.
En la cámara de diputados y senadores, parlamentarios de derecha continúan poniendo trabas a la paridad de género y la participación de pueblos originarios e independientes para construir una nueva Constitución.
“Que cada uno asuma su propia responsabilidad”, dice Piñera…
Y ellos, ¿cuándo asumen la suya?